NO HAY EXCUSA PARA NO SENTIRSE ORGULLOSO DE ELLOS
Nuestras Fuerzas Armadas, que son nuestras porque sirven a toda la sociedad española de la que a su vez se nutren, han sido las protagonistas en Valladolid de una semana que ha culminado con dos actos centrales, austeros pero brillantes: una Jura de Bandera para ciudadanos y el Homenaje a la Bandera y a los que dieron su vida por la Patria.
La bandera española, que nos pertenece a los que nos sentimos orgullosos de sus colores, ha asumido su papel protagonista junto a los que tienen encomendado rendirle los honores que ella merece. Y este binomio nos ha brindado la oportunidad de ver la ceremonia que cierra el día en todos y cada uno de los cuarteles de España, el arriado de la bandera que junto al toque de oración conforman un acto solemne en sí mismo, íntimo y sencillo
Esta semana en Valladolid los ciudadanos con uniforme y sin él han compartido dos espacios espléndidos, el Palacio Real y la Academia de Caballería.
Ambos han abierto sus puertas para mostrar nuestra historia. Una historia teñida con la sangre y el esfuerzo de los que vivieron épocas más o menos convulsas y supieron hacerle frente con el espíritu recio e indomable de los Tercios españoles. Gracias a Imperial Service nos hemos trasladado a Flandes en el siglo XVII y hemos sido testigos de cuan laborioso era hacer un disparo con un arcabuz, o qué tamaño real tenía una pica. Una didáctica explicación nos acompañaba desde la recluta de los soldados hasta sus tácticas a la hora de combatir pasando por el recuento de las armas con las que los mejores soldados de la época cumplían su misión.
La segunda planta del histórico Palacio ha albergado tres exposiciónes, la de Cartografía, de Armamento y de prendas de cabeza que invitaban a conocer partes distintas y diversas de esas Fuerzas Armadas que deben ser conocidas por todos los españoles.
La Academia de Caballería, cuna de los que sirven en su Arma ha puesto al alcance de los ciudadanos de Valladolid los vehículos de los que se sirve para cumplir las misiónes encomendadas. Hoy el reconocimiento, el ataque en profundidad o la explotación del éxito se hace sobre un Leopardo o un Centauro que en esta semana han sentido sobre su coraza un calzado más flexible y liviano que el que a diario recorren su escaso espacio vital.
También la Academia nos ha permitido presenciar la ceremonia de despedida del estandarte de los alumnos del centro militar que completarán en los próximos días su formación militar. De uno en uno, los alumnos de las distintas escalas de la Academia desfilaron ante el estandarte para despedirse de la Enseña Nacional del centro de formación en el que han pasado sus últimos meses de estudios.
El documental “ Un puente para la paz” que se proyectó en el Teatro Zorrilla es un homenaje a los más de 36.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas Españolas que cumpliendo con su deber y más allá, participarón durante 18 años en la misión de Bosnia y Herzegovina y contribuyeron a establecer las bases para la paz..
La reconstrucción por los españoles del puente sobre el rio Neretva, fue el símbolo de una misión que nuestros soldados llevaron a cabo con profesionalidad y con corazón. Su esfuerzo y su manera de ser han dejado paso al reconocimiento y al cariño de un pueblo agradecido que el director Jorge Molina Lamothe no quiso que cayese en el olvido.
La semana toca su fin, la Jura de Bandera del viernes pone un prólogo pasado por agua en la que 500 ciudadanos rubrican con un beso un compromiso de fidelidad a España representada en su enseña. Y el sábado día 2 de Junio, la Plaza Mayor se convierte en todas y cada una de las plazas de armas de nuestros cuarteles. Presidido por el Rey y acompañados por el pueblo vallisoletano se celebró con sencillez pero con la brillantez propia de todos los actos militares el Homenaje a la Bandera y a los que dieron su vida por España, especialmente presentes en los familiares en cuyas voces el Himno “La muerte no es el final” cobraba un especial significado.
La Bandera que como viene siedo habitual baja de los cielos a cargo de dos miembros de la PAPEA, toma tierra para volver a ondear a retaguardia de la Patrulla Aguila, y al tiempo que sus colores se difuminan en el cielo gris de esta mañana, se afianzan en el sentir de los ciudadanos. Sabemos que toda nuestra diversidad se conjuga en dos colores.
El epílogo de estas jornadas lo puso una vez más la música. Tres bandas de guerra pusieron sonido a la tarde de la ciudad de Valladolid y confluyeron en la Plaza Zorrilla para dar entrada al concierto de música militar que llenó el aforo de la Academia de Caballería. La lluvia que quiso hacer acto de presencia al caer la tarde no deslució en absoluto la impecable actuación de la banda del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey número 1 y de la Banda Sinfónica de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid. Su esfuerzo merecía nuestro respeto y nadie se movió hasta que no sonó el último acorde del Himno Nacional.
En Valladolid recayó la responsabilidad y el honor de celebrar el Día de las Fuerzas Armadas. Y Valladolid familiarizada con los uniformes ha respondido dentro del más puro estilo castellano, sobrio y brillante. Ha mirado a sus Fuerzas Armadas, se ha reconocido en ellas y no ha encontrado ninguna excusa para no estar orgullosos de los hombres y mujeres que visten su uniforme al servicio de España.
María de las Mercedes Pordomingo Esteban Alférez RV (SDDV)