El 12 de enero de 1520, una pequeña flota de cinco navíos se adentraba en el Río de la Plata, el inmenso estuario que se reparte hoy entre Argentina y Uruguay, y en medio de violentas ráfagas de viento que estuvieron a punto de hacerlos encallar descubrieron que realmente se trataba de la desembocadura de un gran río. Pero lo que aquella flota estaba buscando era otra cosa: un estrecho marítimo, el que comunicaba el Océano Atlántico con el Pacífico por el extremo sur del continente americano.
El comandante de la expedición, Fernando de Magallanes, no se desanimó. Dos años antes, en 1518, había convencido al rey de España para que financiara una expedición con el objetivo de encontrar una ruta directa hacia Asia, a las islas Molucas, fuente del lucrativo mercado de las especias dominado hasta entonces por Portugal, Venecia y Turquía.La ruta propuesta debía bordear América por el sur y cruzar el inexplorado océano Pacífico. Lo que se proponía Magallanes era comprobar si allí estaba el estrecho y, de no ser así, continuar más al sur.
Tras comprobar que el Río de la Plata era un estuario, Magallanes ordenó proseguir el viaje hacia el sur, manteniéndose siempre ojo avizor para localizar el paso. Se sucedieron así las pistas falsas, las entradas de mar que resultaban ser grandes golfos, como la bahía Blanca o el golfo de San Matías. El mal tiempo arreciaba y no había día que no sufrieran los vientos del Atlántico Sur y de grandes temporales. El invierno austral se cernía sobre ellos, por lo que el 31 de marzo Magallanes ordenó anclar en un fondeadero que parecía seguro, la bahía de San Julián, donde varios oficiales se amotinaron. Magallanes logró sofocar rápidamente la revuelta y castigó a los implicados sin contemplaciones. A uno de los cabecillas lo hizo degollar y descuartizar y a otros dos los abandonó en la costa antes de partir, condenados a una muerte segura. A los demás amotinados, unos cuarenta, tras ser juzgados y condenados a la pena capital, los mantuvo con vida, consciente de que necesitaba su colaboración para continuar el viaje. Entre ellos estaba Juan Sebastián Elcano. Por fin el 18 de octubre pudieron levar anclas.
Frenados por vientos contrarios del sur, dando bordadas continuas, los navíos avanzaron sin perder de vista la costa hasta que el 21 de octubre, avistaron un promontorio que penetraba en el mar. Era el cabo Vírgenes y tras doblarlo, vieron que un profundo canal se perdía en el horizonte, sin límite visible. Como había hecho antes, Magallanes inspeccionó la zona durante varios días. Envió a las cuatro naves a recorrer las diferentes bahías y canales, a fin de cerciorarse de que no se hallaba de nuevo ante la desembocadura de un río. Esta vez las naves volvieron con la confirmación que esperaba: por fin habían llegado al estrecho que comunicaba el Océano Atlántico con el Pacífico.
Hoy 500 años después, se ha celebrado este descubrimiento de una forma muy especial, con el encuentro en la Bahía de Punta Arenas entre el buque escuela de la Marina española, el "Juan Sebastián Elcano",que realiza su XCIII Crucero de Instrucción y su gemelo, el busque escuela de la Armada chilena "Esmeralda". Ambos buques han arribado a la bahía cada uno por una de las bocas del Estrecho de Magallanes y se han efectuado las salvas de honor y de bienvenida respectivas, cumpliendo con la tradición naval.
Paralelamente, la Guarnición de Infantería de Marina de Orden y Seguridad de Magallanes ha sido la encargada de realizar las salvas de honor desde tierra, para dar la bienvenida oficial al buque español, el cual honra con su nombre a Juan Sebastián Elcano, quién lideró la expedición tras la muerte de Fernando de Magallanes, logrando así la primera circunnavegación a la tierra, completada en 1521 a su regreso a España.
El Buque-escuela "Juan Sebastián Elcano" de la Armada española junto al buque escuela "Esmeralda" de la Armada chilena
Durante la jornada del 20 de octubre se ha realizado una Misa de Acción de Gracias en la bahía de Fortescue, ocasión en donde se inaugurará “La Cruz del Puerto de Las Sardinas”, estructura metálica de 10 metros de alto y 2 toneladas de peso. que conmemora el lugar en donde se realizó la primera misa en lo que actualmente es territorio chileno, tras recibir la noticia Fernando de Magallanes del hallazgo de Cabo Deseado, anunciando así la ruta de la salida del Estrecho. Asimismo esta cruz se oficializará como un punto de ayuda a la navegación, pasando a ser la señal marítima N° 503 de la Región de Magallanes y Antártica Chilena. Participarán igualmente ambos buques escuela.
Finalmente durante el 21 de octubre se ha realizado en Muelle Prat de la capital regional austral, el acto oficial de conmemoración de los 500 años del descubrimiento del Estrecho de Magallanes, en el que se recordará este importante acontecimiento y se anunciará oficialmente el cambio de toponimia en algunos puntos geográficos en la zona del Estrecho, que llevaran el nombre de algunos miembros de la tripulación de aquella expedición. Nuevamente la actividad contará con la presencia de ambas unidades navales.
Una celebración que pone nombre propio, el de Magallanes, a uno de los hitos de la que acabó siendo la primera circunnavegación del mundo protagonizada por la flota de la corona española y de la que es digno heredero nuestro buque escuela "Juan Sebastian Elcano".
Mercedes Pordomingo Esteban
Teniente RV