En Diciembre de este año 2013 se cumplen diez años de la creación de la Reserva Voluntaria. Una década de compromiso con España y con sus Fuerzas Armadas.
En el año 2003 se materializaba el derecho que tenemos todos los españoles a participar en la defensa de España, y comenzaba un camino sembrado de ilusión y esfuerzo. En estos diez años nos hemos encontrado con el apoyo de muchos profesionales de las Fuerzas Armadas que han sabido valorar nuestra disponibilidad y nuestra entrega, pero también con el recelo de algunos y sobre todo con la falta de arraigo de esta figura que oficialmente se ha hecho presente en el ejército, pero no es ni popular ni conocida y de la que no se han sabido aprovechar todas las posibilidades que ofrece. No obstante los reservistas hemos seguido creciendo en número con la confianza de conseguir un espacio de trabajo real, conocido y valorado.
Las activaciones, nuestra peculiar manera de integrarnos en el trabajo diario de las Unidades a las que pertenecemos, son la principal manifestación de nuestro compromiso con las Fuerzas Armadas pero no es el único. Dentro del ejército ponemos a su servicio nuestras capacidades civiles, y nuestra máxima aspiración es que sirvan de complemento a las suyas, pero en la sociedad civil en la que nos desenvolvemos debemos de ser el eco que ponga voz a esa labor callada y desconocida de los cuarteles.
Ese es el objetivo de los 134 reservistas voluntarios que hoy pertenecemos a la Delegación de Defensa de Valladolid. Algunos de nosotros pertenecemos a distintas Unidades militares de nuestra ciudad, a la Academia de Caballería, al RCR” Farnesio” 12, al GRECO “Santiago” VII, a la AALOG 61, al PCMAYMA, a la SUIGE o a la Base Aérea de Villanubla, y otros sirven en Unidades repartidos por todo el territorio español. Nuestra peculiaridad hace que los Reservistas estemos diseminados. A veces ni siquiera los que pertenecemos a la misma Unidad nos conocemos ya que no todas las activaciones coinciden en tiempo, y por ello somos un colectivo que no tenemos sentimiento de grupo. Sin embargo, los Reservistas tenemos en nuestras respectivas Delegaciones de Defensa de las que dependemos un vínculo, un punto de encuentro que en Valladolid se ha consolidado con fuerza.
La primera piedra se la debemos al Teniente Coronel López Álvarez, Gestor del Área de Reclutamiento cuando los primeros reservistas de Valladolid comenzaban su camino. Nos consideró compañeros y amigos y puso todo su empeño al servicio de nuestra formación. Inició una secuencia de visitas a instalaciones militares que nos permitió conocer todas las Unidades de Valladolid y un gran número de las de Castilla y León. Gracias a su incesante trabajo conocimos en Toledo la cuna de la Infantería española, su Academia; fuimos testigos en primera línea de un fuego artillero, el de las maniobras del GACAPAC en el campo de maniobras de El Teleno. Descubrimos nuestra Armada en el Ferrol y vivimos la emoción de saludar a nuestra Bandera desde la cubierta de la fragata “Blas de Lezo”, y en la misma dirección pero en sentido contrario, descubrimos la atmósfera densa que se respira en uno de los submarinos que nuestra Armada tiene en Cartagena, el SIROCO.
Su labor tenaz no se puede resumir en cifras porque decir un número no refleja la pasión que le puso a su trabajo, pero si podemos resumir que su esfuerzo en beneficio de los Reservistas de Valladolid le granjeó no sólo nuestro respeto, sino nuestro cariño y admiración.
Su relevo lo tomó el Teniente Coronel Cardero Escós, y aunque su mando coincidió con los omnipresentes recortes económicos, los Reservistas Voluntarios seguimos teniendo nuestro espacio en la Delegación de Defensa de Valladolid. Se continuó en la línea de conocer nuevas Unidades militares como la UME o la BRILAT, así como con iniciativas paralelas que con el apoyo particular de algunos profesionales de las FAS, que a título particular nos brindaron su apoyo, nos apuntalaron algunas nociones básicas de materias de indiscutible relación con el ejército como la topografía.
En el último trimestre de este año 2013, el Teniente Coronel Diez Rey ha tomado el relevo. Tiene ante él 134 reservistas voluntarios, heterogéneos pero siempre dispuestos. Hombres y mujeres. Médicos, abogados, cocineros, administrativos, ingenieros o traductores forman una hueste de soldados voluntarios que esperan la oportunidad de servir a España al amparo del uniforme militar. La crisis que ha mermado espectacularmente nuestras activaciones, no ha conseguido cercenar nuestra ilusión. Sabemos que como soldados nuestro deber es “no pedir ni rehusar”, y sin embargo seguimos empeñados en no perder ninguna oportunidad de ser útiles y de participar en la vida militar de nuestra ciudad.
Sería un error desaprovechar este caudal de capacidades y voluntades. Me consta que en la Delegación de Valladolid somos queridos, nos lo demuestran continuamente desde el Coronel Delegado hasta todos y cada uno de los militares y civiles que trabajan en el Área de reclutamiento. Diez años nos han dado margen para encontrar luces y sombras, pero en Valladolid, como una constante, las puertas de la Delegación de Defensa han permanecido siempre abiertas para nosotros brindándonos un ambiente de camaradería y de colaboración. El futuro es incierto, pero hoy con el orgullo que nos proporciona el sentirnos soldados de España, reclamamos el honor de servir y luchar en la última línea de la retaguardia; ese es nuestro puesto y ahí nos encontrarán.
Mercedes Pordomingo Esteban. Alférez RV E.T