La Misión Baluarte es la nueva operación de las Fuerzas Armadas para contribuir a la lucha contra la pandemia del Covid 19. Un baluarte es el "punto fuerte de la defensa contra el asalto de tropas enemigas” y los rastreadores de las FAS "serán una pieza fundamental y básica de defensa contra el virus en colaboración con el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas".
Su labor está orientada a respaldar a las comunidades autónomas en el rastreo de los contactos de personas infectadas por el COVID-19 y en el seguimiento de las situaciones de aislamiento y cuarentena; además, cuando se requiere su ayuda, contribuyen con otras acciones, en particular con la prestación de apoyo logístico y sanitario y la desinfección de infraestructuras.
Para realizar esta labor los rastreadores militares han recibido una formación previa y cuentan con el apoyo y el asesoramiento de personal sanitario para resolver cuestiones médicas que puedan surgir en las llamadas. Los rastreadores deben ser asertivos con las personas a las que llaman, la mayoría de ellas preocupadas, nerviosas y con dudas sobre lo que tienen que hacer una vez que les han confirmado que son positivos en COVID-19. Para ello, los psicólogos de las Fuerzas Armadas han trabajado con ellos, simulando las peores situaciones con las que se pueden encontrar al otro lado del teléfono.
Todas las Comunidades Autónomas salvo Cataluña y el País Vasco han aprovechado el ofrecimiento del Gobierno y han ido integrando en sus sistemas a los miembros de las Fuerzas Armadas hasta un total de 1.762 rastreadores. De ellos, 1.323 pertenecen al Ejército de Tierra, 206 a la Armada y 231 al Ejército del Aire .Andalucía, con 360, es la comunidad autónoma que más militares ha pedido para esta labor, seguida de Castilla y León, con 240, Galicia, con 180, y Madrid y la Comunidad Valenciana, con 150, unas cifras que podrían variar en función de la evolución de la pandemia.
En la Comunidad de Castilla y León, la División San Marcial, con base en Burgos, se ocupa actualmente de la coordinación de los 240 efectivos implicados en las tareas de rastreo, siguiendo los procedimientos que señala el sistema de salud de la Junta de Castilla y León. Para ello, está organizada una Unidad de Vigilancia Epidemiológica que, desde las instalaciones del Cuartel General de la División San Marcial en el Acuartelamiento Diego Porcelos de Burgos, realiza la coordinación y el enlace con la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Esta unidad dispone de ocho Secciones de Vigilancia Epidemiológica con personal perteneciente al Ejército de Tierra y al Ejército del Aire, que tienen sus sedes en Burgos, León, Salamanca, Valladolid y Madrid.
Concretamente, en la Base El Empecinado de Valladolid se ubican dos secciones, una de Farnesio y otra del Grupo de Caballería Villaviciosa, de 30 personas cada una, a las que se añaden otras dos en León, una en Burgos, otra en Salamanca, y dos del Ejército del Aire, una de ellas con base en Cuatro Vientos, Madrid, pero que trabaja para Castilla y León.